El ciego que cantaba alabanzas a Dios

HABLAR DE DIOS, LA COBARDÍA QUE NOS IMPIDE SER FELICES

Un día escuché a un buen hombre decir..."SOY UN COBARDE PARA HABLAR DE LAS COSAS DE DIOS”…Después de eso supe que él no estaba solo...pues yo también lo soy...

Cuantas veces somos bendecidos en nuestras vidas cotidianas y decimos que la vida es cuestión de suerte o casualidades, sabiendo en el fondo de nuestros corazones que todo lo que nos pasa, bueno o "malo", es obra de Dios y, sin embargo, no tenemos el valor para decir que todo es gracias a Él.

Somos bendecidos al despertar y ver la luz en nuestras vidas, el tener amigos y estar sanos, de tener una familia, un hogar y sin embargo no nos atrevemos a contarle al mundo lo agradecidos que estamos con Dios. Es mas fácil que un pobre sin hogar, sin salud y sin estudios hable de Dios que nosotros que de alguna forma bendita tenemos todo lo que necesitamos para salir y decir al mundo “Gracias mi Señor”.

Me acuerdo de un anciano ciego que siempre hablaba de las cosas de Dios en la esquina de una parada de autobuses sin mas que un pobre bote para recibir alguna ayuda. Lamentablemente ese bote nunca lo vi repleto de monedas, mucho menos de  billetes. Era su voz un grito de alabanzas para Dios y de vez en vez entonaba un canto con tanta alegría que no parecía importarle si en su bote le cayera alguna moneda.

Ejemplos como esos hay muchos en la vida y en la Biblia. Hermanos no esperemos a que cante el gallo tres veces antes de hablar de las cosas de Dios y que en tu corazón no se repita aquello que escuché de ese hombre "SOY UN COBARDE PARA HABLAR DE LAS COSAS DE DIOS"

Habla y dile al mundo lo maravilloso que es vivir bendecido por Dios. Que no tengamos miedo que todo está bien y que todo en esta vida pasa porque tiene que pasar, porque somos instrumento de amor para Dios. Seamos como aquel anciano ciego que agradecido cantaba y contaba al mundo que tan bueno es el Señor, en fin, soy un cobarde para hablar de las cosas de Dios.

Luis Velázquez

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